La ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y once soldados y policías recobraron ayer la libertad tras una inédita operación militar, cuyo feliz desenlace fue celebrado por Colombia y numerosos gobiernos.
El rescate se logró gracias a la ‘Operación Jaque’ que puso en marcha el Ejército luego de infiltrarse en las FARC. Un helicóptero militar encubierto descendió en el departamento selvático de Guaviare e hizo creer a los rebeldes -que cuidaban a los cautivos- que iban a trasladar a los rehenes a una cita con el máximo jefe rebelde, alias ‘Alfonso Cano’. Ya en la aeronave, los militares redujeron a los guerrilleros.
La acción militar, que se cumplió sin efectuar un solo disparo, se desarrolló en Guaviare (sur) y Vaupés (sureste), desde donde los liberados fueron trasladados a Bogotá, mientras los estadounidenses Thomas Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves fueron llevados inmediatamente a su país.
El Gobierno de Estados Unidos reveló que apoyó en aspectos técnicos en el operativo y que se había intentado en febrero un primer rescate sin éxito.
Además de Betancourt y los tres estadounidenses, fueron liberados los militares y policías Juan Carlos Bermeo, Raimundo Malagón, Erasmo Romero, José Ricardo Marulanda, William Pérez, José Miguel Arteaga, Armando Flórez, Vaney Rodríguez, Jairo Durán, Julio Buitrago y Armando Castellanos.
Con el rescate de estos 15 rehenes, el grupo de secuestrados que las FARC considera ‘canjeables’ por guerrilleros presos se redujo a tres civiles y 22 militares y policías.
Horas después y tras seis años y medio de un secuestro que movilizó a miles de personas en todo el mundo que pedían su libertad, Betancourt, delgada, ataviada con un chaleco y un sombrero militar, llegó a Bogotá con el grupo de soldados y policías que sufrió junto a ella el cautiverio, algunos durante casi diez años.
Betancourt fue recibida por su madre, Yolanda Pulecio, tan pronto descendió de la escalera del avión y ambas se fundieron en un abrazo.
“La operación fue absolutamente impecable. Nosotros no sabíamos lo que estaba pasando. No se disparó un solo tiro, no se mató a nadie. Nos sacaron con grandeza”, explicó la ex candidata.
“Nos subimos con mucha dificultad al helicóptero porque nos obligaron a atarnos las manos y los pies, eso fue muy humillante. De pronto un golpe de fuerza, neutralizaron a los comandantes que se habían montado con nosotros en el helicóptero, y el jefe del operativo gritó: somos el ejército nacional, ustedes están libres”, apuntó.
Asimismo, calificó algunos momentos de la operación como “surrealistas”, y admitió que sintió “mucha lástima” cuando en el helicóptero que los rescató vio tendido en el suelo y con los ojos vendados al jefe rebelde que los vigiló durante más de cuatro años, a quien definió como “tan cruel, tan humillante, tan déspota”.
Ingrid también elogió la política de seguridad del presidente Uribe, muchas veces criticada por su madre, Yolanda Pulecio, durante su cautiverio.
“Agradezco a Dios y a los soldados de Colombia”, destacó emocionada la política en sus primeras declaraciones a la emisora de las Fuerzas Militares, que fueron retransmitidas por distintas cadenas de radio del país.
También aseguró que no olvidará a quienes siguen secuestrados. Si la liberación no se consigue por la vía de la negociación, hay que tener “confianza en las Fuerzas Militares”, sostuvo.
“Gracias al Ejército mío colombiano. Gracias por la impecable operación. Fue perfecta”, sostuvo la ex candidata presidencial, en una rueda de prensa que concedió en el aeropuerto militar de Catam, de Bogotá.
Betancourt destacó el apoyo de los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Ecuador, Rafael Correa, para la paz de Colombia.
“Creo que la intervención de Chávez y de Rafael Correa es muy importante. Pienso que son aliados importantes en este proceso, pero bajo un condicionante que tiene que ser el respeto de la democracia colombiana”, representada por Uribe, subrayó. “Los colombianos eligieron a Álvaro Uribe, no eligieron alas FARC”, manifestó.
Betancourt también hizo algunos comentarios en francés, dio las gracias a Francia, así como a la comunidad internacional y a la prensa por lo que definió como “esta victoria”.
También agradeció las gestiones del presidente de ese país, Nicolás Sarkozy, y de su antecesor, Jacques Chirac. Nuevamente se le quebró la voz al recordar a su padre, Gabriel Betancourt, fallecido en 2002, pocos meses después de su secuestro.